jueves, 23 de agosto de 2012

Juicio:¡qué día inolvidable!

¡Hoy, Jueves 23 de Agosto, se empezó a hacer Justicia!.

¡Tremenda jornada!.

El jerarca Marianista Luis Casalá declaró en el Juicio y admitió, con todas las letras, que tuvo "conocimiento personal e institucional", en 1991, de una agresión sexual de Picciochi hacia un alumno del Colegio Marianista (ratificando y ampliando su declaración testimonial de la etapa de instrucción de esta causa). 

Casalá sostuvo que, a partir de aquel "conocimiento institucional", el Marianista "decidió someter al entonces hermano y docente Picciochi" a un "tratamiento psicodiagnóstico con una licenciada conocida de la institución".

Según el hermano marianista y sacerdote Luis Casalá, "el psicodiagnóstico dio como resultado que Picciochi era una persona normal, no homosexual, al igual que un test que se le había practido años atrás, en el noviciado, cuando se preparaba para ingresar a la congregación".

También, Luis Casalá se manifestó "horrorizado" por la "pretensión de silenciamiento del Colegio Marianista" con respecto a quienes fuimos "víctimas de abusos".

Sobre este punto, manifestó que se había enterado "por los medios" de la actitud de la institución, ya que "en ese momento me encontraba fuera del país". 

Por otro lado, declararon tres docentes del Colegio Marianista que habían participado, como acompañantes del entonces hermano Picciochi, de la Colonia Marianista de la segunda quincena de Diciembre de 1989, cuando comenzaron a ocurrir los abusos sexuales que padecí junto a otros niños alumnos.

Las tres declaraciones fueron contundentes con respecto a la "responsabilidad principal de Picciochi" en la "organización y el desarrollo" de aquella Colonia Marianista de 1989.

A su vez, declararon como testigos de los abusos sexuales que sufrí hace más de veintidós años, quienes fueron mis dos compañeros de habitación en la Colonia Marianista de 1989.

Estos dos compañeros también fueron víctimas de abusos sexuales por parte del entonces hermano marianista y docente Fernando Picciochi, pero declararon en calidad de testigos ya que, hasta ahora, no denunciaron los delitos que padecieron.

Viví las declaraciones de mis compañeros de pesadilla con los ojos llenos de lágrimas y embargado por una profunda emoción.

Siento que sus declaraciones marcan un antes y un después en sus vidas, en la mía y en la de mi compañero de denuncia.

 

 

 

   

 

 

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